¿Sientes a veces que tu forma de pensar es irracional o que has tomado algunas decisiones equivocadas? Es posible que su propio cerebro lo ’engañe’. El cerebro humano es un órgano muy complejo y mágico que puede ayudarnos a procesar todo tipo de información, resolver problemas y crear imaginaciones. Sin embargo, el cerebro también tiene sus limitaciones y defectos. Se verá afectado por algunos sesgos psicológicos (sesgos cognitivos), que provocarán desviaciones en nuestra cognición y juicio de las cosas.
El sesgo psicológico se refiere a nuestra tendencia de pensamiento que no se ajusta a estándares lógicos u objetivos al procesar la información. Hay muchos tipos de desviaciones psicológicas, algunas son para ahorrar recursos cognitivos, otras para proteger la autoestima y otras para adaptarse al entorno social. Los sesgos psicológicos no son necesariamente malos. En ocasiones pueden ayudarnos a tomar decisiones rápidamente o aumentar nuestra felicidad. Sin embargo, si no prestamos atención a controlarlos y corregirlos, también pueden causarnos muchos problemas y angustias.
Los siguientes son 15 errores psicológicos comunes que comete la gente contemporánea. No te dejes “engañar” más por tu propio cerebro:
1. La falacia del costo hundido
Cuando inviertes mucho dinero (tiempo, energía o dinero) en algo en una etapa inicial, incluso si está destinado a no tener buenos resultados, continúas invirtiendo en ello con deseos.
Este sesgo psicológico le meterá en un círculo vicioso. Cuanto más invierta, menos dispuesto estará a darse por vencido. Quizás pienses que has dado mucho y no puedes dejar que se desperdicie. O tal vez sientas que todavía tienes la oportunidad de cambiar las cosas y que sólo necesitas aguantar un poco más para lograrlo. Pero, de hecho, ya no podrá recuperar sus pérdidas anteriores y seguir invirtiendo sólo le hará perder más.
Debe aprender a detener las pérdidas a tiempo y centrar su atención en cosas más valiosas y prometedoras. Cuanto antes actúes contra la falacia del coste hundido, antes cambiará tu vida para mejor.
2. Prejuicio personal
Todos tenemos nuestra propia visión subjetiva del mundo y tú eres la suma de todo lo que te ha pasado hasta ahora. Es fácil menospreciar o faltarle el respeto a alguien por algo, sin darnos cuenta de todas las variables de su situación.
Este tipo de sesgo psicológico puede hacer que carezcamos de empatía y tolerancia hacia los demás, e incluso provocar discriminación y prejuicios. Podemos pasar por alto las fortalezas y los esfuerzos de los demás y sólo ver sus defectos y errores. Podemos pensar que somos más inteligentes, mejores o más morales que otros, olvidando que hemos cometido errores o que hemos necesitado ayuda de otros.
Por lo tanto, no proyecte su versión de la realidad en alguien que tal vez no sea igual a usted en absoluto. Trate de ponerse en el lugar de los demás, comprenda sus posiciones y sentimientos y bríndeles una evaluación y una oportunidad justas.
3. Anclaje
Cuando tomamos decisiones, tendemos a confiar demasiado en la información que recibimos primero. Este mensaje inicial es el ‘ancla’.
Por ejemplo, cuando compras algo, te afectará el precio original o el descuento marcado por el comerciante, y sentirás que estás consiguiendo un buen trato, ignorando el verdadero valor del producto. O cuando estés entrevistando, te afectará el primer número de salario propuesto por el reclutador y sentirás que debes aceptarlo o rechazarlo, sin considerar tu propia capacidad y nivel de mercado.
Este tipo de desviación psicológica puede hacer que perdamos nuestra racionalidad y juicio y que otros nos manipulen y utilicen. Sin embargo, tu cerebro puede engañarte e incluso tomar decisiones que sean malas para ti porque no le importa si la información que obtienes es precisa. En cada ejecución, el cerebro utiliza de forma predeterminada los datos disponibles, sin importar cuáles sean.
Si todo lo que escuchas sobre alguien son chismes malos, toda tu opinión sobre esa persona se basará en esa información, incluso si no es objetiva. El efecto de anclaje distorsiona así nuestro comportamiento.
Lo mismo ocurre en las negociaciones comerciales. La primera persona que menciona un número prepara el escenario para la negociación. Este es el punto de anclaje.
Preste mucha atención a los puntos de anclaje que usted mismo establece y preste aún más atención a los puntos de anclaje que otros están tratando de establecer para usted. No acepte ni rechace ciegamente la primera opción, recopile y compare más información para encontrar la respuesta más adecuada y ventajosa.
4. Negación en cascada
En informática, cascada se refiere a la relación de mapeo entre múltiples objetos. La cascada se puede aplicar en muchos aspectos, como conmutadores de red, cascada de enrutadores, etc. La ’negación en cascada’ es muy común en la vida y es posible que lo hayas hecho antes, pero simplemente no te diste cuenta de lo que era.
A continuación se muestra un ejemplo de ‘denegación en cascada’:
- ‘¡Así no es cómo funciona!’
- ‘¡Aunque lo sea, no es tan malo!’
- ‘¡Aunque lo sea, no es gran cosa!’
- ‘¡Aunque lo sea, no es mi culpa!’
- ‘¡Aunque lo sea, no fue mi intención!’
- ‘¡Aunque lo hiciera yo, ellos se lo merecen!’
La gente hace esto para minimizar el daño o para justificar sus acciones y salvar las apariencias. Pero, de hecho, este tipo de prejuicio psicológico puede hacernos perder integridad y responsabilidad, y dañar la confianza y las relaciones con nosotros mismos y con los demás.
Deberíamos aprender a admitir nuestros errores, disculparnos y corregirlos a tiempo. Sólo así podrás ganarte el respeto y la confianza de los demás, y también permitirte crecer y progresar.
5. Sobreestimar las probabilidades de éxito
Este fenómeno también se conoce como sesgo de supervivencia. Después de todo, la historia la escriben los ganadores, y los medios sólo informan sobre aquellos que tuvieron éxito y nunca muestran los miles de fracasos.
No base su estrategia de éxito en la evidencia proporcionada por los sobrevivientes; observe lo que otros fallaron y aprenda de ello para mejorar;
6. Dilema en blanco y negro
Como humanos, amamos la dualidad. Durante mucho tiempo durante la evolución humana, nuestros cerebros eran de naturaleza binaria, razón por la cual el código también se escribe en ceros y unos.
Este rasgo ha permeado la vida moderna, donde o ‘ganas’ o ‘pierdes’, o dices ‘sí’ o dices ’no’. Nos gusta pensar en blanco y negro, pero eso en realidad no sirve de nada a nadie. Siempre hay una tercera opción que no has considerado.
¡La vida no es un juego de suma cero! Encuentre una solución beneficiosa para todos siempre que sea posible.
7. Correlación vs Causación (Correlación vs Causación)
El hecho de que dos cosas sucedan una tras otra no significa que estén conectadas.
Este tipo de sesgo psicológico existe porque muchas cosas en la vida tienen causa y efecto. Por ejemplo, verás un arco iris después de una lluvia porque la humedad del aire permite que la luz se refracte. Pero no todo sigue las mismas reglas.
¡Todos aprendimos en nuestro primer año de estadística que el hecho de que dos variables estén correlacionadas no significa que exista una relación causal entre ellas! Por eso fallan tantas predicciones. La gente no se da cuenta de que no existe ninguna conexión entre las cosas. El hecho de que exista una relación estadística entre dos variables no significa que una cause la otra.
Por ejemplo, las ventas de helados y los incendios forestales están relacionados porque ambos ocurren con mayor frecuencia durante los calurosos meses de verano, pero no existe una relación causal entre los dos. Hasta donde sabemos, comprar helado no tiene ningún impacto en los incendios forestales.
8. Aversión a la pérdida versus recompensa
En términos generales, la gente tiende a ser ‘adversa a las pérdidas’. Esto significa que la gente prefiere ir a lo seguro y proteger lo que tiene que correr riesgos por el bien común.
Perder $10 tiene un impacto mucho mayor en su estado emocional que ganar $10, aunque el número total de victorias y derrotas sea el mismo.
Debido a que la gente tiene tanto miedo de perder lo que tiene, por defecto se excluyen por completo del juego, dejando todas las recompensas a aquellos que están dispuestos a correr el riesgo. Por eso sólo el 1% de la gente es rica.
9. Espere que los demás lean su mente o actúen como usted
El hecho de que usted entienda algo no significa que los demás lo entiendan; el hecho de que usted tenga una idea en mente no significa que los demás tengan la misma idea en mente.
Si desea saber por qué ocurre esto, regrese al punto 2.
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Esto sucede especialmente en puestos directivos, donde espera que sus empleados piensen de la misma manera que usted, pero no es así. Debido a que el empleado promedio no tiene su perspectiva, no puede ver el panorama general ni cómo caerán las fichas de dominó.
Por lo tanto, debe segmentar el trabajo para ellos y asegurarse de que los empleados conozcan plenamente toda la información y las herramientas necesarias.
Si no ha capacitado bien a su gente ni le ha explicado claramente cuáles son los resultados deseados, no puede enojarse con las personas que no hacen las cosas como usted quiere.
10. Esperas a que te llegue la motivación
La gente cree que la motivación es difícil de alcanzar, a veces existe y otras no. Lo que no saben, sin embargo, es que la motivación sólo se encuentra cuando uno está en un estado creativo o ya está en el trabajo. Por eso la mayoría de la gente no está inspirada.
Si no estás haciendo nada que te inspire, ¿de dónde vendrá la inspiración? Si quieres marcar goles, primero debes estar en el campo.
11. El efecto Dunning-Kruger
En general, las personas más incompetentes suelen tener una gran confianza en sí mismas.
Si alguna vez ha trabajado para una empresa multinacional, probablemente se haya encontrado con jefes o gerentes que no merecen ocupar un lugar tan alto en la cadena alimentaria.
A menudo vemos situaciones en las que personas con menos capacidad acaban teniendo éxito. De hecho, se trata de un sesgo cognitivo conocido como “efecto Dunning-Kruger”.
Las personas con capacidades más bajas sobreestiman sus habilidades en una tarea. Cuanto más comprende la situación actual, más consciente se vuelve de estas variables y de cómo están entrelazadas.
Traducido a términos financieros, el efecto Dunning-Kruger es: ‘¡Todo el mundo es un dios de las acciones en un mercado alcista!’.
12. Efecto coche rojo
El efecto del coche rojo es también un sesgo cognitivo del cerebro. Si compras un coche rojo, descubrirás que de repente hay más coches rojos en la carretera que antes.
¿Es cierto que ha aumentado el número de coches rojos? No, pero les estás prestando cada vez más atención.
El nombre científico de este fenómeno es ‘El fenómeno de Baader-Meinhof’ o ‘La ilusión de frecuencia’.
Cuanto más concentrado estés, más a menudo sucede algo.
13. Sesgo de confirmación
Cuando una persona establece una determinada creencia o concepto, en el proceso de recopilación y análisis de información, habrá una tendencia a buscar evidencia que respalde la creencia.
Por lo tanto, creemos selectivamente en hechos que son consistentes con nuestras creencias existentes.
Pero para crecer como persona necesitamos puntos de vista opuestos y estar abiertos a la lógica detrás de ellos.
14. Cada uno tiene su propia “verdad”
Una persona se paró encima del ‘9’ y dijo que era 6, y otra persona dijo que era 9. Ambas personas sintieron que tenían razón.
Sí, usted tiene sus propias opiniones, pero es posible que sus opiniones no sean hechos objetivos.
Tienes tu propia ‘verdad’, pero eso no significa que tengas razón.
15. Preocuparse por cosas que no puedes controlar
En el proceso de evolución humana, para adaptarse a la supervivencia de los más aptos de la naturaleza, el cerebro es naturalmente más susceptible al estrés. Incluso en la sociedad moderna, todavía nos sentimos estresados con regularidad.
Sin embargo, un profesor de psicología de la Universidad de California realizó un gran estudio sobre las cosas que preocupan a la gente, y los resultados son muy interesantes: ¡el 85% de las cosas que preocupan a la gente no suceden!
Si quieres mejorar tu vida gradualmente, debes comprender los 15 sesgos cognitivos mencionados en este artículo y evitar que tu cerebro te ’engañe’.
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