La llamada libertad no es hacer lo que uno quiera, sino tener control de uno mismo. Cuando las personas no sucumben a los deseos e instintos, obtienen un mayor nivel de libertad.
Alguna vez has tenido esta experiencia:
Haces un plan para levantarte temprano y despertarte a tiempo, pero siempre postergas levantarte y levantar el teléfono habitualmente. Como resultado, pasas una o dos horas aturdido y te arrepientes de haber perdido el tiempo nuevamente;
Cada vez decido que este es mi último cigarrillo, pero cuando me siento un poco mal, todavía no puedo reprimir mis ansias de fumar;
Quiere aprender nuevas habilidades e invertir en su futuro. Pero ha pasado un año y la barra de progreso del curso muestra que la tasa de finalización es ‘0%’…
La Asociación Estadounidense de Psicología señala que la falta de fuerza de voluntad es el mayor obstáculo para alcanzar las metas.
Todo aquel que quiera cambiarse a sí mismo necesita autocontrol.
El autocontrol, es decir, la capacidad de instarse y controlarse a uno mismo para lograr objetivos, es la capacidad de reprimir los impulsos y nos convierte en personas reales.
Es más fácil lograr puntuaciones altas con autocontrol que con el coeficiente intelectual, más útil para liderar a otros que el carisma y más útil para mantener un matrimonio feliz que la empatía.
Libertad no significa indulgencia, sino saber contenerse.
La búsqueda del crecimiento, el éxito, la libertad y una vida en la que uno tiene la última palabra es un proceso de autogestión y autocontrol. Nadie puede ayudarnos a darnos cuenta de ello, como dice la clásica frase de ‘Adiós a mi concubina’: Las personas tienen que realizarse por sí mismas.
Si quieres lograr el autocontrol, debes conocer las razones por las que falla el autocontrol.
La primera regla del autocontrol es conocerse a uno mismo.
Conócete a ti mismo revisando tu comportamiento pasado.
Puedes elegir un día y registrar lo que hiciste ese día. Analice nuevamente esa noche para ver cuáles son propicios para lograr sus objetivos y cuáles están agotando su fuerza de voluntad y haciendo que no pueda alcanzar sus objetivos.
El autoconocimiento es la base del autocontrol. Ser consciente de la facilidad con la que puedes perder el control no significa que seas un fracaso. Después de todo, es parte de la naturaleza humana tener una fuerza de voluntad débil.
Piensa antes de actuar y utiliza tu cerebro y tu cuerpo para controlar los impulsos.
El autocontrol es una de las características más distintivas del ser humano.
Al tomar decisiones, debes recordar que se necesita fuerza de voluntad para controlar tus acciones.
De lo contrario, el cerebro siempre elegirá por defecto la opción más sencilla, porque cuando la mayoría de las personas toma decisiones, es como encender el automático sin considerar las consecuencias de hacerlo.
Cuando necesitas autocontrol, se producen una serie de cambios correspondientes en tu cerebro y cuerpo para ayudarte a resistir la tentación y superar los impulsos autodestructivos.
Quieres hacer algo, pero sabes que no debes hacerlo, como fumar, lo cual sabes claramente que no debes hacer, o sabes que debes ir al gimnasio o leer un libro, pero prefieres hacerlo; nada.
Muchas veces, tus instintos te llevan a tomar malas decisiones. En este momento, debes pensarlo dos veces, es decir, recordarte que debes dejar que la fuerza de voluntad controle tu comportamiento. Cuando te das cuenta de los conflictos internos, tu cerebro y tu cuerpo responden ayudándote a reducir la velocidad y suprimir los impulsos. Así como el budismo enfatiza la atención plena y el estar consciente de los pensamientos y emociones en todo momento, porque esta es la clave del libre albedrío.
Conviértete en un detective de dopamina
¿Por qué las personas son propensas a la adicción impulsiva a las compras y los juegos?
Resulta que cuando el cerebro ve la oportunidad de obtener una recompensa, libera un neurotransmisor llamado dopamina. La dopamina no produce sensación de placer, sino más bien un incentivo, que es lo que solemos llamar deseo.
Los comerciantes esperan que cuando compramos, el cerebro secrete la mayor cantidad de dopamina, porque la dopamina amplificará el placer de la ‘gratificación inmediata’ y hará que a la gente ya no le importen las consecuencias a largo plazo.
La dopamina es una fuente de felicidad y una fuente de estrés. Las compras excesivas generan presión financiera; el juego excesivo puede dañar gravemente el cuerpo…
El mundo en el que vivimos siempre nos hará tener deseos, pero si observamos con atención, podemos ver algunos fenómenos del marketing de dopamina.
Aunque conocer los principios del marketing comercial no puede eliminar por completo tus deseos, cuando quieres cambiar, ya tienes una base cognitiva clara.
Tenga cuidado con el efecto “frasco roto, frasco roto”
Lo que conduce a un comportamiento más autoindulgente no es la primera vez que se rinde, sino el sentimiento de vergüenza, culpa, pérdida de control y desesperación que surge después de la primera vez. Sólo aprendiendo el autocontrol podrás recuperar el control de tu vida.
Puede que no necesariamente alcancemos logros de renombre mundial, pero podemos tomar el control de nuestras propias vidas.
Charlie Chaplin, un genio cineasta de comedia de la era del cine mudo, también fue una persona ilustrada. En su 70 cumpleaños, expresó el sentimiento más puro de la vida con las líneas de ‘Cuando comencé a amarme a mí mismo’: Cuando comencé a amarme de verdad. amarme a mí mismo y comencé a alejarme de todo lo que no es saludable, ya sea la dieta, las personas, las cosas o el medio ambiente;
Cuando comencé a amarme de verdad, ya no quería tener siempre la razón y nunca cometer errores;
Cuando comencé a amarme de verdad, ya no me quedé pensando en el pasado ni preocupándome por el mañana. Ahora solo vivo el momento presente cuando todo está sucediendo.
Para amarte a ti mismo y ser responsable de tu propia vida, empieza por aprender a controlarte.
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