¿Cómo convertirse en un buen tomador de decisiones? Domina estos 10 principios para la toma de decisiones

La toma de decisiones es un problema al que nos enfrentamos todos los días, ya sea en el trabajo o en la vida, debemos tomar la decisión más adecuada entre varias opciones. Sin embargo, la toma de decisiones no es una tarea fácil. Muchas personas encontrarán dificultades y desafíos al tomar decisiones, e incluso pagarán un alto precio por decisiones equivocadas. Entonces, ¿cómo se puede llegar a ser un buen tomador de decisiones? Aquí comparto contigo 10 principios para la toma de decisiones, con la esperanza de inspirarte y ayudarte.

  1. Retorno asimétrico: Todas las buenas decisiones tienen el atributo de ‘retorno asimétrico’, es decir, existe un límite inferior para los problemas y riesgos causados por decisiones incorrectas, pero no hay un límite superior para los beneficios aportados por decisiones correctas. Tales decisiones nos permiten maximizar nuestros beneficios y potencial con recursos e información limitados. Por ejemplo, invertir en algunos proyectos o empresas innovadores y disruptivos puede fracasar, pero si tienen éxito, obtendrás enormes beneficios.
  2. Velocidad y calidad: Las decisiones grandes con bajo grado de reversibilidad deben recopilarse la mayor cantidad de información posible y tomarse con precaución las decisiones pequeñas que no son muy importantes. Es mejor tomar una decisión rápida. cometer un error que retrasarlo. Esto puede evitar la procrastinación y las oportunidades perdidas causadas por un análisis excesivo, así como los arrepentimientos y las pérdidas causadas por la imprudencia. Por ejemplo, elegir una carrera o una pareja es una decisión grande con un bajo grado de reversibilidad, que requiere más tiempo y energía para considerarla, mientras que elegir una prenda de vestir o un restaurante es una decisión pequeña, menos importante, que se puede tomar con base; en la intuición o me gusta hacerlo.
  3. Prevención: Los mejores tomadores de decisiones no son aquellos que siempre toman decisiones de vida o muerte, sino aquellos que nunca se ponen en esa situación. Avanzan tomando innumerables pequeñas decisiones correctas antes, al igual que ‘Un buen luchador no tiene grandes logros’. Evitan caer en crisis o dificultades planificando, prediciendo, respondiendo y ajustando con antelación. Por ejemplo, antes de que llegue la crisis económica, ya hemos tomado medidas como reservas, transformación y cooperación, por lo que no seremos pasivos ni nos meteremos en problemas.
  4. Probabilidades de ganar: La esencia de la mejor decisión es ‘ganar primero y luego luchar’. El resultado ya se conoce en el momento en que se toma. No toman decisiones basándose en la suerte o en conjeturas, sino en datos, análisis, lógica, experiencia, etc. Antes de tomar una decisión, han evaluado varias posibilidades y resultados y han elegido la mejor opción para ellos y su familia. Por ejemplo, antes de comprar una casa, ya has examinado varios aspectos de la misma, ubicación, precio, préstamo, etc., y has elegido la casa que mejor se adapta a tus necesidades y presupuesto.
  5. Resistencia: Que una decisión sea radical o conservadora no reside en el contenido de la decisión en sí, sino en si puedes soportar las peores consecuencias que trae. Si puedes soportar el peor resultado, entonces podrás tomar decisiones más radicales; si no puedes soportar el peor resultado, entonces tendrás que tomar decisiones más conservadoras. Por ejemplo, si tiene suficientes fondos y confianza, entonces puede correr el riesgo de iniciar un negocio o cambiar de trabajo; si no tiene suficientes fondos y confianza, entonces debe mantener de manera segura su trabajo o ingresos actuales.
  6. Probabilidad: La calidad de una decisión no depende de un resultado determinado. La calidad de un único resultado es solo una expresión probabilística de la calidad de la decisión. Una buena decisión puede fracasar por accidente o interferencia; una mala decisión puede conducir al éxito por suerte o coincidencia. Sin embargo, esto no significa que podamos ignorar la calidad de las decisiones, sino más bien mirarlas desde una perspectiva amplia y a largo plazo. Por ejemplo, apostar es una mala decisión. Aunque puedes ganar dinero, desde una perspectiva de probabilidad, eventualmente perderás dinero.
  7. Simplificar: Es mejor tomar menos decisiones que requieran que usted tome muchas más decisiones. Cada decisión adicional que tome aumenta la probabilidad de tomar una decisión equivocada. Deberíamos intentar simplificar nuestras vidas y nuestro trabajo y reducir las opciones y variables innecesarias. Podemos reducir el número de decisiones que debemos tomar estableciendo reglas, hábitos, procesos, etc. Por ejemplo, podemos establecer qué ponernos, qué comer, qué hacer cada mañana, etc., para no tener que volver a tomar estas decisiones cada día.
  8. Aceptar: Lo más importante cuando se enfrenta a una decisión difícil es aceptar que no está destinado a tener una elección perfecta. De lo contrario, la decisión no es un dilema por definición. Cuando nos enfrentamos a un dilema en la toma de decisiones, a menudo caemos en enredos y vacilaciones, esperando encontrar una solución que nos satisfaga tanto a nosotros mismos como a los demás. Sin embargo, estas soluciones a menudo no existen o son demasiado caras. Debemos entender que el dilema en sí significa que debemos renunciar a algo para ganar algo más. Por ejemplo, equilibrar la carrera y la familia es un dilema típico.
  9. Delegación: Los buenos tomadores de decisiones delegan todas las decisiones que no necesitan tomar a otros y les ayudan a convertirse en mejores tomadores de decisiones. No se considerarán personas omnipotentes ni omnipotentes, sino que se considerarán un coordinador o guía. Asignan tareas y responsabilidades apropiadas en función de sus propias fortalezas y debilidades y las de los demás. Brindarán a los demás suficiente confianza y apoyo, y brindarán comentarios y sugerencias oportunas. Por ejemplo, al gestionar un equipo o una familia, es necesario aprender a delegar y delegar autoridad.
  10. Espera: Cuando no hay buenas decisiones para elegir, no puedes tomar una decisión y luego simplemente esperas en silencio una oportunidad para tomar una buena decisión. A veces nos encontramos con decisiones que no tienen ventajas o desventajas obvias, o donde no tenemos suficiente información y condiciones para tomar una decisión. En este momento, no tenemos que apresurarnos a tomar una decisión, sino que podemos optar por posponerla y esperar tiempos y oportunidades mejores. Esto puede evitar tomar decisiones equivocadas debido a la ceguera o la impulsividad y también puede darle más tiempo para pensar y prepararse. Por ejemplo, al afrontar un cambio de carrera o iniciar un negocio, primero puede observar los cambios en el mercado y la industria y buscar oportunidades y socios más favorables.

Los anteriores son los 10 principios para la toma de decisiones que le he proporcionado. Espero que puedan inspirarle y ayudarle.

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