Domina las siguientes 6 formas de pensar para hacer que tu corazón sea extremadamente fuerte:
1. Sé insensible y simplifica las cosas
Muchas veces nos causamos muchos problemas innecesarios debido a nuestra excesiva sensibilidad. Pensamos demasiado y tomamos las palabras y acciones de otras personas como pistas o comentarios sobre nosotros mismos, cayendo así en emociones de duda y culpa.
La insensibilidad es una forma de pensar que nos permite simplificar las cosas. No nos vuelve insensibles o indiferentes, pero nos permite no sobreinterpretar y asociar, sino creer directamente en las expresiones de otras personas.
Por ejemplo, cuando alguien dice: ‘Hoy te ves un poco cansado’, no debemos pensar: ‘¿Cree que no tengo energía?’.
Cuando usamos fuerza contundente para lidiar con las cosas, reduciremos mucha fricción interna innecesaria y nos sentiremos más relajados y seguros.
2. Detén rápidamente tus emociones negativas
Las emociones negativas son una respuesta humana normal que puede ayudarnos a alertar sobre el peligro y mejorar los problemas. Pero si permitimos que las emociones negativas sigan pudriéndose, pueden tener graves consecuencias para nuestra salud física y mental.
Detener rápidamente nuestras emociones negativas es una forma de pensar que nos permite ajustar nuestra mentalidad a tiempo. No nos permite escapar ni reprimir nuestras emociones, pero sí nos permite afrontar y resolver los problemas con una actitud positiva.
Por ejemplo, cuando nos topamos con reveses o fracasos, no debemos culparnos ciegamente a nosotros mismos ni a los demás, ni sumergirnos en el pesimismo y el desamparo, sino que debemos interrumpir rápidamente la depresión emocional de nuestra mente y decirnos a nosotros mismos que ’todo sucederá para siempre’. lo mejor.’ Yo’, ‘dejo que todo suceda’.
Luego, podemos hacer cosas que liberen nuestras emociones, como hacer ejercicio, escuchar música, charlar, escribir diarios, etc., e intentar salir de ahí.
Cuando lidiamos con las cosas deteniendo rápidamente nuestras emociones negativas, reduciremos mucho dolor innecesario y nos haremos más fuertes y optimistas.
3. Entender la vida como una secuencia de puntos
Muchas veces nos centramos tanto en el pasado o el futuro que descuidamos el presente. Estaremos molestos y arrepentidos por errores o arrepentimientos del pasado, y también estaremos ansiosos y preocupados por incertidumbres o dificultades futuras. Esto hará que perdamos la alegría y el sentido de la vida.
Entender la vida como una sucesión de puntos es una forma de pensar que nos permite centrarnos en el presente. No nos hace olvidar el pasado ni renunciar al futuro, pero nos hace darnos cuenta de que sólo hay un presente eterno en la vida.
Por ejemplo, cuando hacemos algo, no debemos pensar en su impacto en el pasado o en el futuro, ni debemos preocuparnos de si será exitoso o perfecto, sino que debemos dedicarnos a ello de todo corazón.
Cuando entendemos la vida como una sucesión de puntos, descubriremos que cada momento es un nuevo comienzo y un regalo que vale la pena apreciar. De esta forma, reuniremos nuestra energía para formar un fuerte campo de fuerza y estabilizar nuestras emociones.
De hecho, la acción en sí es la mejor manera de resolver la ansiedad, y la acción sólo puede llevarse a cabo en el presente.
4. Una vez que decidas hacer algo, comienza inmediatamente
Muchas veces postergamos o renunciamos a cosas que queremos hacer debido a nuestra búsqueda excesiva de la perfección. Sentiremos que no estamos preparados y que necesitamos más conocimientos o habilidades. También nos preocuparemos de que los resultados que produzcamos no cumplan con nuestras expectativas o las de otras personas, perdiendo así la motivación y la confianza para actuar.
Decidir hacer algo y empezar es una forma de pensar que puede ayudarnos a superar la procrastinación y el perfeccionismo. No nos lleva a ignorar la calidad o las consecuencias, pero nos permite reconocer que la realización es más importante que la perfección.
Por ejemplo, cuando queremos hacer algo, no nos preocupamos si estamos completamente preparados o no, no pensamos en el resultado, simplemente empezamos a hacerlo.
Incluso si te caes al salir, es mucho mejor que no hacer nada y estar ansioso. Y sólo podrás seguir haciéndolo si empiezas a hacerlo.
Cuando decidimos hacer algo y empezar directamente, descubriremos que la acción en sí misma es una especie de diversión y logro, así como una oportunidad para aprender y mejorar. De esta manera estimularemos nuestro potencial, desarrollaremos un fuerte sentido de autoeficacia y nos volveremos emocionalmente positivos.
5. No confíes en el reconocimiento externo
Muchas veces nos perdemos porque nos importan demasiado las opiniones de los demás. Cambiaremos nuestros pensamientos o comportamientos para atender las expectativas o evaluaciones de los demás, y también nos sentiremos frustrados o perdidos porque no recibimos elogios o apoyo de los demás. Esto hará que perdamos confianza y autoestima.
No depender de la aprobación externa es una forma de pensar que nos permite mantener nuestra autoestima. No nos vuelve arrogantes ni soberbios, pero nos permite darnos cuenta de que nuestro propio valor no depende de la mirada de los demás.
Por ejemplo, cuando hacemos algo, no debemos esperar ni buscar afirmación o retroalimentación de los demás, ni debemos dudar o negarnos a nosotros mismos debido a la crítica o la negación de otras personas. En cambio, debemos evaluarnos y recompensarnos de acuerdo con nuestros propios estándares y objetivos. .
Cuando no confiamos en el reconocimiento externo, descubriremos que somos un individuo independiente y completo con nuestras propias y excelentes cualidades y habilidades. De esta manera, reflejaremos nuestro propio valor, formaremos un fuerte sentido de identidad propia y nos sentiremos emocionalmente pacíficos.
6. Espere el peor resultado
Muchas veces nos causamos mucho estrés y decepción al esperar demasiado buenos resultados. Tomaremos algo como demasiado importante o demasiado difícil de lograr, y también exageraremos o seremos demasiado negativos sobre el impacto de algo después de que suceda. Esto hará que perdamos la calma y la racionalidad.
Por ejemplo, cuando muchas personas se enfrentan a un fraude en las telecomunicaciones, entran en pánico y se desesperan porque no esperaban ser engañadas. Si podemos estar más atentos, darnos cuenta de que podemos ser engañados y tomar medidas preventivas a tiempo, incluso si realmente nos engañan, podremos detener las pérdidas a tiempo y proteger nuestros propios intereses.
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