En 1913, el psicólogo suizo Carl G. Jung propuso por primera vez el tipo de personalidad introvertida.
Jung creía que la psicología de las personas se puede dividir en dos tendencias a la hora de conectarse con el mundo que las rodea, llamadas ‘conjuntos’.
Un tipo de orientación apunta al mundo interno de un individuo, que se llama introversión; el otro tipo de orientación apunta al entorno externo, que se llama extroversión.
Este método de división puede considerarse como el tipo más básico de personalidad humana.
La extraversión y la introversión a menudo se pueden medir mediante autoevaluaciones.